EUTANASIA
Y RESURRECION
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La eutanasia consiste en dar la muerte voluntariamente a un enfermo o a una persona mayor. Se practica en ciertas clìnicas u hospitales sin que los propios enfermos lo sepan, con productos farmaceùticos habituales pero a un nivel de dosis y asociados a productos tòxicos que tienen como objetivo provocar la muerte. Se trata pues de homicidios intencionados, pensados. No se trata, pues, de aliviar un dolor, ya que hay otros remedios posibles e incluso necesarios para eso. ¿Por què se ha llegado a èsto ? Quizà sea el miedo a la muerte lo que nos lleva cada vez màs a programarla. Cada vez con màs frecuencia los mèdicos y las enfermeras (por desgracia) deciden la muerte de los enfermos que se les confìa dàndoles esos "còcteles mortales" . La angustia que provoca a mèdicos y enfermeras la proximidad de la muerte ¿es quizà la excusa para justificar este homicidio? El desconcierto de los parientes cercanos asi como sus presiones confusas ¿pueden justificar estas condenas a muerte pronunciadas de manera poco clara y despreciando los derechos màs ìntimos del hombre ? La excusa que normalmente se da es que se trata "abreviar el sufrimiento" de la persona, a la cual no se le puede consultar en la mayoria de los casos. Ahora bien hay una diferencia radical entre aliviar el sufrimiento (en el que se ha avanzado mucho) y darle a esa persona una droga mortal. Es escandaloso que en vez de recurrir a esos tratamientos avanzados contra el dolor y a acompañar a la persona se suprima el problema suprimiendo al enfermo. ¿No hemos reprochado a Hitler y a los nazis, y con razòn, que se quitaran de en medio a los incurables de forma parecida ? Se alega igualmente la aprobaciòn de la familia -imposible llevarlo acabo de forma legal : vemos dificil formar un consejo familiar para decidir la muerte de la persona a la que este consejo se supone que debe proteger. Por otra parte, hay, en la pràctica, miembros de la familia deseosos, por cierto, de desembarazarse del enfermo. ¿Acaso tienen estos derecho 1/ de hablar en el nombre de los demas ?
Es evidente que hacer pasar de la vida a la muerte (aun dàndole la etiqueta de "eutanasia") a una persona para no ocuparse màs de ella o para tener antes su herencia, volverse a casar o "quedarse tranquilo" es un crimen. El equipo mèdico,¿debe mezclarse con los parientes en el horror de tomar una decisiòn mortal o mas bien ayudarles a acompañar dignamente y con la mayor atenciòn posible al moribundo ? Como lo ha dicho claramente el Dr. Roche en una conferencia del 7 de febrero de 1998 sobre la eutanasia , organizada por unos protestantes : "LA
MUERTE ES VIOLENCIA" por el Dr J.-F. Roche Se ve facilmente a donde nos podrìa conducir la posibilidad (para uno o varios miembros de la familia) de acelerar el dìa de herencia encubriendo el crimen -ejecutado por otros- con la etiqueta de "eutanasia". Tambièn es verdad que a menudo es el personal mèdico/sanitario el que hace presiòn sobre la familia, el entorno del enfermo, dando a entender que la mejor soluciòn es el brevaje que te hace morir. ¿Cuàl es entonces la verdadera responsabilidad de los parientes, ya destabilizados por la enfermedad de los suyos, cuando "la medicina" les sugiere que la ùnica soluciòn es morir rapidamente y en silencio? En mi familia nos acabamos de enfrentar a ese tipo de decisiòn homicida tomada por el personal de una clìnica que habìa decidido acelerar la muerte de uno de mis cuñados gravemente enfermo, y a sus vez mèdico. Una persona de la familia, cuando visitaba al enfermo, oyò lo que prescribìa el anestesista a la enfermera. Como tenìa cierta formaciòn mèdica se quedò sorprendido ante la naturaleza de los medicamentos prescritos. Por mèdicos de fuera, supo que se trataba de una mezcla que producìa la muerte en pocas horas. Ràpidamente, una de las hijas del enfermo, farmaceùtica, intervino ante la enfermera. Esta negò que tal prescripciòn fuera peligrosa. Ahora bien esta hija del enfermo, diplomada en farmacia, tenìa los conocimientos y la autoridad necesarias para denunciar la mentira y oponerse al acto mortal. A continuaciòn, el mèdico anestesista y le enfermera, para justificarse, quisieron transformar la prescripciòn en una consulta a la familia : al oir la prescripciòn hecha delante suyo, este miembro de la familia habrìa consentido, con su silencio, programar la muerte. En esta familia habìa 5 mèdicos, un farmaceùtico y 2 enfermeras. ¿Què pasa cuando en el entorno del enfermo no hay nadie con el suficiente conocimiento y autoridad para enfrentarse a la presiòn de los mèdicos o del equipo sanitorio ? ¿Donde està la humanidad ? El ministro francès de la Salud, Bernard Kouchner, mèdico, ha declarado que la eutanasia es un "testimonio de humanidad" ¿Dònde està la humanidad ? ¿Cuando un mèdico encargado de curar al enfermo le da una medicaciòn mortal ? "Humanidad" dice el Sr. Kouchner. ¿Cuando una enfermera decide la vida y la muerte de los enfermos que se le confìan ? el Sr. Kouchner lo llama "humanidad" Esperemos para el Sr. Kouchner que si un dìa se encuentra hospitalizado en uno de estos hospitales, los mèdicos y enfermeras no le hagan la broma de la "humanidad" ! ¿Què se puede hacer por los enfermos que sufren al final de sus vidas ? El profesor Glorion, presidente nacional del Colegio de Mèdicos, recuerda en unas declaraciones "los progresos que se han hecho para acompañar personas en el final de sus vidas, el desarrollo de cuidados paliativos y el respeto a la deontologìa". Monseñor de Berranger, obispo catòlico de St. Denis (Francia) , declarò el 21 de septiembre de 1998 (*) : "se deben tomar todas las medidas posibles para disminuir el sufrimiento y no solo a base de altas dosis de medicamientos. Hay que fomentar los cuidados paliativos, las personas moribundas tienden una gran necesidad de estar rodeadas... la muerte se ha convertido en un tabù hoy en dìa. ¿Donde estàn las familias y los amigos ?" El doctor K.T. SEVERSON, citado por el Dr. Roche, señala que "los estudios clìnicos realizados en EEUU acreditan la idea de que pensar en un suicidio asistido en los enfermos moribundos està relacionado con un dolor mal calmado, con la pèrdida de control, con la dependencia y pèrdida de dignidad". Y aporta cuatro casos : "una mujer de 30 años, un hombre de 50, una mujer casada de 44 y otra de 36 años habìan formulado al principio del proceso su deseo de tener una muerte asistida, pero no lo renovaron nunca màs." El autor atribuye este cambio de actitud, entre otros factores, a la atenciòn y al amor que les demostraron sus allegados y a la eficaz presencia del equipo mèdico" (ver artìculo entero aquì). La vida despuès de la muerte Parece existir una relaciòn paradògica entre el hecho de no creer en una vida despuès de la muerte (la vida eterna) y la pràctica de la eutanasia. Se tiene màs miedo a la muerte cuando no se tiene esperanza. Cuando se cree en el cielo, en la vida eterna, en la felicidad prometida por Dios, se puede ayudar al moribundo a dar ese gran paso (la Pascua). La muerte de los demàs nos hace pensar en nuestra propia muerte. Este tema se nos hace insoportable, provoca una brecha en la fràgil idea de una felicidad limitada en la tierra. Hay que ocultar la muerte al que va a morir y no percatarse de la muerte del pròjimo, ya sea mi padre, mi mujer o mi hermano. Para eso estàn los mèdicos. Pero tampoco los mèdicos
quieren enfrentarse a la muerte, ellos tambièn son vulnerables. ¿No serìa mejor rechazar esta "cultura de la muerte" y buscar los caminos de la Esperanza ? Los critianos, por dersgracia, no son mejores que los otros. Sin embargo tienen frente a la muerte un testimonio que abre el horizonte : su fè en la vida eterna fundada en la resurrecciòn de Cristo. (ver LA VIDA DESPUES DE LA MUERTE ).
(*) Le Figaro, 21 septiembre 1998
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