¿PODEMOS COMUNICAR
CON LOS MUERTOS?
|
Es muy diferente rezar a Dios asociándose a las personas que nos han dejado que hacer magia o "espiritismo". Intentar utilizar a los "espíritus" de los muertos para conocer el futuro –o cualquier otra cosa- fuera de la oración al Dios de bondad es una acción peligrosa. Es lo que se llama la "necromancia". Es una forma de magia en la cual queremos utilizar en nuestro provecho y fuera de una relación de amor, poderes desconocidos. Corremos el riesgo de engañarnos dando una confianza ciega a algo oscuro, "oculto": es una forma de ocultismo. (ver Il est vivant n° 125 sobre este tema). ¿Y sin embargo, algunos pretenden haber recibido "respuestas" de los "espíritus"? Esas "respuestas" son sugestiones que vienen de sí mismo o de otros. La capacidad de ser influenciado en su psicología, por la sugestión de otros y por diferentes fenómenos en relación con una práctica más o menos fuerte de la hipnosis o de estados de conciencia disminuídos, contribuye mucho a ello. La experiencia de médicos, sacerdotes, psicoterapeutas muestra que las personas que practican el "espiritismo"- o evocación de los espíritus de los muertos- ponen gravemente en peligro su equilibrio psicologico: perturbaciones de la psicología, angustias, desconexión de la vida real, relación de sumisión a la influencia de las personas "medium" o "videntes". Estos se aprovechan, ya sea para ganar dinero a su costa, ya sea para ejercer un "poder" sobre esas personas. No es lo menos grave el que cuando por curiosidad o deseo de ser extraordinario, uno mismo empieza a engañarse imaginando adquirir "poderes" o "conocimientos extraordinarios". Se puede constatar que, además de las consecuencias psíquicas nocivas, se entra en un mundo donde la envidia, las falsas acusaciones y el odio se multiplican. ¿No se juzga el árbol por sus frutos? Así también, el "chanelling", muy de moda en la Nueva Era, se revela muy peligroso para el equilibrio psicológico pero, por otro lado, contrariamente a las pretensiones de llegar a un amor confuso y vago, se revela espiritualmente peligroso para la paz y el amor verdadero entre las personas.
|